jueves, 5 de febrero de 2015

¿Por qué hago lo que hago?

Esta es una reflexión que realicé cuando cursaba 4º de Bellas Artes para la asignatura de Pedagogía del Dibujo. Forma parte de un proyecto en el que hacía una investigación y reflexionaba sobre la creatividad. Como ahora precisamente me dedico a la docencia he decidido retomarlo como trabajo de investigación. En él partiré de las reflexiones de una "yo" universitaria donde veía y opinaba desde el punto de vista de la alumna, y continuaré desde el punto de vista de artista y profesora.


No sería la primera vez que alguien me señala con sus ojos, con una sonrisa (para no sonar demasiado borde) y con un “Tía, estás loca” o un “Tú estás fatal”. Después de perder la cuenta decidí tomármelo como un elogio casi por cinismo. No me molesta, en serio. Que me llamen loca a voces si quieren, pero que me lo digan a la cara para poder reírme después recordando ese maravilloso momento.
Claro que... las razones por la que han pensado que estoy más para allá que para acá han ido cambiando con el tiempo. No me apetece mucho recordar mi etapa friki en la que hasta yo ahora mismo reconozco que alucinaba demasiado. Por eso me centraré en las razones actuales, que además de ser más “bonitas” son las que tienen relación con este proyecto.
Realmente no me considero especial ni creo ser una especie de artista en bruto medio desquiciada ni un alma atormentada futura bebedora de absenta.
Una de las principales razones por la que me pueden decir que estoy “fatal de la cabeza” es por mi obra gráfica. Casi me da apuro llamarla “obra gráfica” porque más bien lo considero pequeños proyectos de búsqueda personal o algo así. Realmente no considero que sea para tanto... en fin. Son dibujos retorcidos, sí, pero creo que hay otro tipo de obras que son muchísimo más desquiciantes. Pero el asunto no iba por ahí...
Yo necesito expresar gráficamente mis momentos de angustia, de estrés, de dolor, de impotencia... No soy capaz de hacer un dibujo dulce o un dibujo que inspire amor... al menos en esta etapa de mi vida. Para ese tipo de sentimientos utilizo otros medios como la poesía, aunque la verdad que con ella ultimamente también desahogo mi “lado oscuro”, pero eso ya es otro capítulo.


Mis dibujos. ¿Por qué siento la necesidad de hacerlos?

Podría explayarme muchísimo... pero por ahora voy a poner el siguiente ejemplo:



Éste lo realicé en un descanso de clase. Resulta que tengo un profesor (del que no voy a dar nombre, que nunca se sabe) que, sintiendo mucho ser tan clara y un poquito cruel, es el típico viejo que debería estar jubilado desde hace años, carca, clasicista, arrogante,... Un profesor de Bellas Artes que no se adapta a las necesidades artísticas de los alumnos en el siglo XXI. No pongo en duda que pudiese ser buen profesor, pero si lo mandamos al siglo XIX como mínimo... No estoy siendo subjetiva, o eso creo. Al menos el 95% de la clase está de acuerdo conmigo pero claro, ellos no van a escribir un blog reconociéndolo. Por otro lado eso es lo normal.
¿Por qué hice ese dibujo? Estaba tan, tan, pero que tan frustrada dibujando como al profesor le daba la gana y yo soy tan poco... sumisa, que necesité salir de clase a dibujar como me diese la gana a mí. De verdad, es incomprensible que estando en 4º, ¡a final de 4º!, en el cuatrimestre supuestamente “creativo”,  tengamos que estar así. Esto me pasa por no meterme en esa asignatura por la tarde. Allí sí están teniendo libertad de hacer lo que quieran... ¡qué envidia!

Bueno, esa es la primera mano de explicación. Realicé ese dibujo porque necesitaba desahogarme, plasmar mi tortura en papel en lugar de a voces. Pero, ¿qué transfondo tiene? ¿Qué necesidad psicológica tengo yo de expresarme así?

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